Monthly Archives: December 2012

Conceptos creativos en arquitectura

Síntesis del Seminario impartido por el Dr. Arquitecto  Miguel Jaime, impulsor de practicareflexiva.pro,  en La Asociación de Arquitectos e Ingenieros de los Emiratos Árabes Unidos que tuvo lugar en Dubai el 26 de Noviembre de 2012.

 Las ideas y movimientos arquitectónicos del siglo XX forman una maraña tal que hoy resulta una materia inabordable y aburrida como no sea para el específico apetito intelectual del erudito (anti-reflexivo por definición). Son tantas las propuestas refundacionales, movimientos y contra-movimientos de la arquitectura del siglo XX que se puede concluir que esta proliferación de ideas es una de sus características principales. Desde sus momentos fundacionales la arquitectura moderna ha transitado infinidad de variantes y transformaciones radicales y, sin embargo, su naturaleza reflexiva sigue viva en la actualidad.

 El caso es que la arquitectura de principios del siglo XX rechazó la prescripción de los estilos históricos como fuente de legitimación y asumió que el proceso de diseño era capaz de generar por sí mismo las reglas por las que se deberían juzgar sus resultados. A partir de entonces los arquitectos, más que aplicar reglas o encontrar respuestas correctas  para problemas específicos, plantearían “una conversación reflexiva con la situación”[1]. Esta formula creativa por excelencia, que podemos llamar “reflexividad”[2], es lo que explica la abundancia de ideas en el ámbito del arte y la arquitectura modernos. En el plano teórico, se pueden rastrear al menos dos categorías para precisar la creatividad arquitectónica: la primera sería lo “subjetivo-universal” asignada por Kant a todo lo que tenga que ver con la estética. La otra es la “visualidad” entendida por Konrad Fiedler como una acción que materializa la sistematicidad de lo visual. Estos conceptos creativos le dan cobertura teórica a la arquitectura y al arte de vanguardia de los primeros años del siglo pasado.

Desde entonces hasta hoy, no se han producido más que variaciones de estos conceptos. Lo que han aportado las transformaciones más radicales (por ejemplo las llevadas a cabo a  partir de la década de 1960 por Aldo Rossi, Denisse Scott Brown y Robert Venturi, Peter Eisenman, entre otros) es reintroducir  versiones reflexivas de la historia, la cultura popular y el proceso de diseño en las obras de arquitectura. Ahora bien, todo esto le ha cobrado un alto coste a la disciplina arquitectónica: las aplicaciones rutinarias de estas fórmulas posmodernas por parte de despachos buracratizados y el ámbito estrictamente iconográfico en el que se mueve la arquitectura actual han acabado vaciando de contenido los principios creativos originales. Los que han salido ganando son los que ahora se pueden dedicar profesionalmente, no a producir espacios como hacen los arquitectos comprometidos con su oficio y con la sociedad, sino a generar material para el más que rentable mercado de las imágenes mediáticas. Leer más

 



[1] Donald Schön, La formación de profesionales reflexivos, Madrid: Paidós, 2010, p.69

[2] Véase Miguel Jaime, La dimensión reflexiva de la arquitectura moderna, Pamplona: Eunsa, 2000.

DBM® y vínculos entre Práctica, Teoría e Investigación

Este post surge del interés por compartir metodologías innovadoras. En concreto se gestó en una primera reunión con el equipo de Práctica Reflexiva para conocernos y poner en común nuestras líneas de trabajo y de investigación. En ese primer encuentro tratamos del DBM® (Developmental Behavioural Modelling)  y de algunos de sus modelos para el desarrollo de habilidades. Ese primer intercambio y las conversaciones posteriores nos animaron a dar a conocer en esta plataforma algunas nociones sobre qué es y cómo se desarrolla esta metodología en la práctica. 

Hablar de DBM® implica hablar de su creador John McWhirter y de su intensa investigación en diferentes campos: la educación, el trabajo con familias, la terapia o la consultoría. Quienes le conocemos a través de los muchos programas y cursos que desarrolla en España y Reino Unido, podríamos también referirnos a él como un gran maestro que conjuga brillantemente Teoría, Práctica e Investigación. Considero esta característica de enorme interés y valor para los educadores que deseamos vincular –y apropiarnos- de estos tres ámbitos y desarrollar una práctica reflexiva y crítica.

Antes de explicar lo que es DBM® en palabras de su autor, me gustaría compartir con mis colegas de Práctica Reflexiva mi propia experiencia. Como pedagoga y en distintos roles profesionales -profesora, educadora, facilitadora o consultora-, me ha interesado la búsqueda y el estudio de buenos modelos para avanzar en distintos campos de práctica. Durante mucho tiempo mantuve una gran separación entre los modelos estudiados y mi propia práctica. Por otra parte, la práctica continuada y reflexiva no siempre era suficiente para identificar maneras útiles de mejorar o facilitar el aprendizaje y el cambio en mis clientes. Si a alguien le resulta común esta experiencia, quizá comparta conmigo esa mezcla de decepción, insatisfacción y necesidad de búsqueda hacia nuevos horizontes.

También, en varias ocasiones he formulado la dificultad de los educadores para conectar Teoría, Práctica e Investigación desde nuestras aulas y despachos profesionales. O de la insatisfacción que produce el sentirnos “prácticos” sin participar de una teoría, pues como he venido comentando en distintos foros, la práctica es siempre experiencial, no predecible, interpretable y única, mientras que las comprensiones teóricas y la investigación de las disciplinas tradicionales es estable, universal, teóricamente reproducible y comprobable Leer más

Partiendo de estas ideas diría que DBM me ha proporcionado una libertad responsable para investigar y desarrollar una práctica reflexiva y crítica desde una aproximación de respeto y cuidado por la totalidad de la persona. Por una parte, proporciona las herramientas, el aprendizaje y la experimentación necesaria para investigar sobre el terreno los diferentes procesos en los que podemos estar implicados:  el aprendizaje o la enseñanza, el desarrollo de habilidades y competencias, el cambio, las transiciones, las emociones y los sentires, el pensar, la comunicación, el liderazgo, la motivación y el compromiso, la creatividad, el lenguaje, los conflictos, las elecciones, la formación de problemas y soluciones, la evaluación…. Por otra parte constituye una metodología y modelos de intervención útiles para conectar Teoría, Práctica e Investigación en cualquier campo o disciplina: educación, formación, orientación educativa o profesional, terapia, entrenamiento o coaching.

Enseñar a investigar y a explorar cualquiera de estos procesos a partir de la propia experiencia y de la práctica reflexiva, es una habilidad que sigo entrenando con esta metodología o Teoría no formal localizada en la práctica[1]. Más allá de mi experiencia personal, me gustaría explicar algunos de los presupuestos de los que parte DBM®, utilizando las propias formulaciones de su autor. 

‘Developmental Behavioural Modelling’ es una aproximación holística interesada en investigar y modelar los procesos superiores de los seres humanos, que integra algunos de los avances más actuales sobre el aprendizaje y el desarrollo. Está considerada como una metodología para abordar el modelado. Modelo y modelar son dos elementos centrales de esta Teoría y un buen punto de partida para acercarse a ella.

DBM® define ‘modelo’ como una comprensión y representación dinámica y organizada que cada uno construye sobre la base de la experiencia. Experimentando y explorando construimos nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo desde los primeros años de vida. Y en base a nuestra experiencia seguimos creando y cambiando esta comprensión a lo largo de nuestras vidas.

Cada individuo modela y construye esa comprensión de manera personal y única pudiendo desarrollar formas más efectivas de hacer que otras. La posibilidad de añadir nuevas comprensiones y significados a nuestros modelos creados es lo que McWhirter denomina ‘Habilidades de modelado’, habilidades que podemos desarrollar a lo largo de la vida. Pero para desarrollar modelos certeros y ampliar nuestra comprensión del mundo hemos de seguir aprendiendo. Saber cómo formar modelos más certeros y cómo usarlos útilmente es una de las principales habilidades vitales que podemos aprender y desarrollar,  aumentando nuestra capacidad de respuesta, nuestros logros y efectividad en el trabajo y en la vida.

Modelar es por tanto una habilidad vital. La desarrollamos de forma natural, pero podemos también aprender a modelar de manera más efectiva y como adultos, podemos remodelar nuestros propios modelos. La aproximación DBM® constituye una innovación que proporciona un conjunto de habilidades de modelado que se emplean para conocer e investigar en profundidad las necesidades específicas de una situación, -un individuo, un grupo, una familia o una organización-.

DBM ® no solo aborda la manera en la que creamos, construimos y aplicamos nuestros modelos como modeladores naturales. Se interesa también en modelar modelos y teorías formales entendidas como comprensiones elaboradas acerca del mundo y de los seres humanos. Es por tanto, especialmente útil para investigar, comprender, evaluar y optimizar los modelos que ya se emplean. Actualmente hay disponibles más de 370 modelos en DBM ® que pueden utilizarse con esta finalidad.

Para concluir diré que DBM® proporciona un conocimiento más preciso sobre nosotros mismos y sobre cómo construimos significados a cerca del mundo. La condición que requiere: buena dosis de curiosidad y experimentación (no apta para los que ya han concluido sobre algo); aprendizaje colaborativo y a la vez autonomía para construir y re-construir los propios modelos creados.

Quienes deseen más información pueden contactar conmigo a través de mi correo  o página web: www.globalcoach.info

Un saludo a todos los colegas de esta plataforma y al equipo de Práctica Reflexiva.

Pilar Mamolar

Directora de GlobalCoach.

Profesora Asociada de la UNED.



[1] Este término se utiliza por los autores Usher y Bryant (1992), para diferenciar entre la Teoría formal  o derivada de las disciplinas tradicionales que estudian la educación (psicología, pedagogía, sociología) y la Teoría no formal o teoría localizada en la práctica. Su concepción alienta a cualquier educador en ejercicio a investigar desde la propia práctica.