Coaching educativo ¿todo vale?

13/06/2016

por Andrea Giráldez

El interés por la aplicación del coaching en contextos educativos se ha multiplicado en los últimos años. La oferta de cursos y publicaciones relacionadas con este ámbito es cada vez más amplia y diversa. Sin embargo, existe todavía cierta confusión, a la que probablemente contribuye la juventud de la disciplina y el hecho de que parte de esta oferta proviene de especialistas de otros ámbitos (como es el caso del coaching empresarial o el coaching personal o de vida) que ven en la educación una oportunidad de negocio. Sin embargo, del mismo modo que en la psicología general hay distintas áreas de especialización (clínica, organizacional, social o educativa, por mencionar algunos ejemplos), el coaching puede y debe operar en campos específicos. Por ello, al hablar de coaching en educación, coaching en las escuelas o en las universidades o, de manera genérica, de coaching educativo, que es la denominación más extendida en los países iberoamericanos, no podemos considerar el coaching desde una perspectiva general, sino que debemos contemplar su ámbito concreto de aplicación y las experiencias e investigaciones que en este campo han realizado y realizan distintos especialistas.

¿Qué es el coaching educativo?

La expresión coaching educativo es, en realidad, un término “paraguas” que incluye el coaching para el liderazgo, el académico, el coaching para el desarrollo personal y profesional del profesorado, el coaching como estrategia para los docentes, el coaching para estudiantes y otras modalidades. Desde una perspectiva general, podría definirse como un método o una técnica que tiene por objetivo “liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo su desempeño” (Whitmore (2011, p. 20). Ciñiéndonos al contexto educativo, una de las definiciones más citadas es la de van Nieuwerburgh, (2012): “Una conversación uno a uno centrada en la mejora del aprendizaje y el desarrollo a través de un aumento de la autoconciencia y del sentido de responsabilidad personal, en la que el coach facilita el aprendizaje auto-dirigido del coachee mediante las preguntas, la escucha activa y el desafío apropiado de ideas y creencias en un clima alentador y de comprensión.”

El coaching es, entonces, una actividad dialógica o conversacional que tiene como objetivo acompañar a las personas para que puedan aprender y desarrollarse, aumentando sus posibilidades de conseguir más y mejores resultados. Desde esta perspectiva es fácil comprender cómo el coaching está perfectamente alineado con los propósitos de las organizaciones educativas. Obsérvese que hemos dicho “acompañar”, puesto que, como se explica en la definición anterior, el coach facilita un aprendizaje auto-dirigido, lo cual permite diferenciar el coaching de la mentoría, la enseñanza y otras formas de intervención. El coaching, por tanto, no trata de enseñar, sino de crear un entorno en el cual las personas puedan aprender por sí mismas.

¿Usar técnicas del coaching o convertirse en coach?

Últimamente el coaching está de moda, y parece que todos pudiesen convertirse en coaches de la noche a la mañana. En realidad, no se trata de convertirse en coach (a menos que uno decida que esta será su carrera profesional y esté dispuesto a pasar por varios años de formación continuada), sino de recibir formación para utilizar técnicas del coaching primero en el propio desarrollo personal y profesional y luego con colegas, estudiantes o padres. En Growth Coaching Internacional, organización con más de 20 años de experiencia exclusivamente en el coaching educativo en la que colaboro como Directora de e-learning y coordinadora de programas para la comunidad iberoamericana, se han obtenido grandes resultados con esta última opción. Nuestra experiencia formando líderes educativos, docentes, estudiantes, padres y otras personas relacionadas de modo más o menos directo con la educación, así como las investigaciones llevadas a cabo en estos programas, demuestran que el coaching puede parecer, inicialmente, un proceso lento y costoso, pero los beneficios a largo plazo compensan con creces la inversión inicial, en la medida en que las personas no solo incrementan su autoconciencia y su confianza, sino que se reponsabilizan de su propio aprendizaje.

Andrea Giráldez
Dra. en Ciencias de la Educación, Diplomada en Personal Performance & Youth Impact Coaching, NLP & Goal Mapping Practitioner y Especialista en Aprendizaje Experiencial y Soft-Skills.
Directora de e-learning y responsable de programas iberoamericanos en Growth Coaching Online

Referencias bibliográficas
Van Nieuwerburgh, C. (2012) (Ed). Coaching in Education: Getting Better Results for Students, Educators and Parents. London: Karnac.
Whitmore, J. (2011). Coaching. El método para mejorar el rendimiento de las personas. México: Paidós.

Un comentario / Un comentari

  • Adriana says:

    Excelente artículo. Coincido con lo expresado por la Doctora Andrea, en que algunos hoy, tratan de incursionar con el título de coach en educación. Me interesa como docente con trayectoria, incursionar en las técnicas del couching, como método para mejorar los aprendizajes de mis alumnos. Gracias por su aporte.
    Saludos desde Argentina, Córdoba.

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